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Almacenamiento de agua natural ha disminuido en 27 billones de metros cúbicos en el mundo
El director global de la Práctica Global de Agua (PG) del Grupo Banco Mundial, Saroj Kumar Jha, sostiene que las presas, por ejemplo, son esenciales para el almacenamiento de agua y el control de inundaciones, pero muchas son antiguas y están en riesgo.

El experto sostiene que las presas son esenciales para el almacenamiento de agua y el control de inundaciones, pero muchas son antiguas y están en riesgo.
En los últimos 50 años, el almacenamiento de agua natural ha disminuido en 27 billones de metros cúbicos debido a la degradación de la tierra, el agotamiento de las aguas subterráneas y la pérdida de humedales, así lo plantea el director global de la Práctica Global de Agua (PG) del Grupo Banco Mundial, Saroj Kumar Jha, en una publicación en el blog del organismo multilateral.
El experto indica que desde 1970, el 83 % de las especies de agua dulce han desaparecido, lo que refiere la ocurrencia de un colapso más amplio de los ecosistemas que alguna vez preservaron los recursos hídricos.
Sostiene que hoy en día, 1 de cada 10 personas vive en países que enfrentan grave escasez de agua, y, 1 de cada 4 niños experimentará estas condiciones de aquí a 2040. "Los fenómenos meteorológicos extremos están haciendo que los ciclos del agua sean más erráticos. Para 2050, casi la mitad de la población mundial podría verse afectada por sequías, que provocarán alteraciones en la agricultura y los medios de subsistencia", apunta Saroj Kumar Jha.
Expone que los cambios en los patrones climáticos están reconfigurando los sistemas de abastecimiento de agua y refiere que un informe reciente del Banco Mundial, titulado "Droughts and Deficits (Sequías y déficits)", ponen de relieve el impacto a largo plazo: los niños nacidos durante períodos de sequía sufren malnutrición, lo que limita las oportunidades económicas a lo largo de décadas. Si no se actúa, estos ciclos de privaciones persistirán.
En su artículo, Saroj Kumar Jha responde a la pregunta ¿Por qué nuestros sistemas de abastecimiento agua ya no cumplen sus objetivos? indicando que la gestión del agua tal como la conocemos está fallando. Nuestros sistemas fueron diseñados para un mundo que ya no existe. Los desastres ponen de relieve las vulnerabilidades, y la creciente crisis del agua exige medidas urgentes.
Sostiene que las presas, por ejemplo, son esenciales para el almacenamiento de agua y el control de inundaciones, pero muchas son antiguas y están en riesgo. "Una gran cantidad de las 40,000 grandes represas del mundo se diseñó hace décadas, sobre la base de datos hidrológicos desactualizados. Solo en India, 6,886 embalses, muchos de ellos de más de 50 años de antigüedad, corren el riesgo de sufrir fallas y plantea que miles de embalses deberán modernizarse para resistir los fenómenos meteorológicos extremos.
"Más allá de la infraestructura, garantizar el agua para el futuro requiere un conjunto más amplio de soluciones: mejor financiamiento, gestión más sólida, tecnología de punta y alianzas que impulsen un impacto real", refiere el experto.
Agrega que se debe repensar la seguridad hídrica e ir más allá de las respuestas reaccionarias para lograr soluciones sostenibles y plantea cuatro vías fundamentales:
Optimizar y adaptar el almacenamiento de agua: es clave aplicar un enfoque híbrido que combine la infraestructura natural y construida.
Aprovechar la innovación digital: la inteligencia artificial (IA), los sensores remotos y el monitoreo en tiempo real están revolucionando la gestión del agua.
Fortalecer la gestión y las asociaciones: gestionar los riesgos hídricos requiere la cooperación entre los Gobiernos, las empresas y las comunidades. De las 360 cuencas hidrográficas reconocidas internacionalmente, para solo 41 de ellas existen acuerdos formales entre los países que las comparten. Sin una gestión sólida, los conflictos por el agua se intensificarán.
Aumentar la inversión y el financiamiento: el déficit de financiamiento en materia de seguridad hídrica es impresionante: se necesitan US$6.7 billones para 2030, y esta cifra aumentará a US$22.6 billones para 2050. Los Gobiernos por sí solos no pueden subsanar este déficit; es necesaria la participación del sector privado.