La toma de La Victoria

Con una población de presos siete veces mayor de la que permite su espacio físico, La Victoria es un antimodelo penitenciario.
Es un puro antro, en el más amplio sentido de la palabra.
Todos los vicios y las promiscuidades humanas, toda actividad ilícita, toda inequidad judicial, se diseminan en su interior como las células de un cáncer de difícil extirpación.
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