Las cárceles… ¿ahora sí?

Aunque el país ha sido un modelo de madurez democrática y crecimiento económico en los últimos 50 años, resulta inexplicable que las autoridades no se ocuparan de las cárceles.

Por décadas la población carcelaria fue creciendo y el sistema de justicia apiñando reos en los mismos recintos diseñados para un número mucho menor de justiciables.

El principal problema, el hacinamiento, se combina con la parálisis de los procesos judiciales, que convierte a los presos en personas vulneradas en sus derechos.

Constituye una buena nueva la información que acaba de dar el director de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (Onaprep), Roberto Santana, de que el gobierno construirá 25 nuevas cárceles.

El objetivo es sustituir las actuales prisiones custodiadas por la Policía Nacional y el Ejército de República Dominicana, para colocar más de 20,000 presos en el nuevo sistema penitenciario.

Visto en los planes y diseños, el proyecto del gobierno de Luis Abinader puede significar un verdadero cambio en la situación carcelaria dominicana.

Todo lo que se necesita es aportar los recursos y trabajar sin parar, porque al inicio del actual gobierno en agosto de 2020 también se anunciaron planes ambiciosos, pero se quedaron en el camino y en lugar de avanzar, se retrocedió y hubo que contar tragedias penosas.

El esfuerzo del gobierno por dignificar las cárceles tiene que ser correspondido firmemente por el Poder Judicial, acelerando los juicios y reduciendo la enorme cantidad de presos preventivos.

Un país que exhibe tan buenas credenciales de desempeño económico, que atrae inversiones y se llena de turistas, no puede tener esos bolsones de seres humanos enterrados en mazmorras propias de etapas superadas en el mundo.

LISTÍN DIARIO da la bienvenida a estas iniciativas y se compromete a estar atento y vigilante para que esta vez quienes estén en las cárceles no pierdan la condición de seres humanos revestidos de derechos inalienables.

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