PRESENCIA DOMINICANA

Nuevo estadio

Ocurre cada vez que hay un certamen internacional de béisbol donde está incluido el país, ya sea como anfitrión o participando. Emergen las voces a favor y en contra de que se construya un estadio que cubra las exigencias que permitan efectuar eventos de esa naturaleza en la capital dominicana.

Los que se oponen aducen varias razones, casi siempre repetitivas que no están acorde con la realidad actual. El béisbol profesional, como ya todos los deportes, es una actividad que mezcla espectáculo, deporte y negocio. Provoca consumo y el consumo está gravado. Bajo el esquema capitalista “la riqueza produce riqueza”, expresó Adam Smith en su obra cumbre La Riqueza de las Naciones.

De la misma manera que el Estado invierte en puertos para estimular el comercio exterior, en infraestructura turísticas para captar inversiones en esa actividad y al mismo tiempo aplicar plusvalía a terrenos con esa vocación; puede hacerlo en un deporte como el béisbol, que en esta nación su materia prima son las emociones que estimulan a sus seguidores. Un nuevo estadio para jugar béisbol en Santo Domingo es factible y necesario. Dentro del marco de la llamada Alianza Público-Privada podría construirse y arrendarse a un costo adecuado, en el que las actividades que se verifiquen generen ganancias gravadas y aumenten los ingresos fiscales. Se debe hacer el debido análisis, las posibilidades son auténticas.

No obstante, escuchando a José Israel Cuello tocando el tema, este explicó con la honda sabiduría que lo caracteriza, como se podría remodelar la instalación del Ensanche La Fe ajustándola a las normas internacionales. En ese caso dos cosas son obvias: concomitantemente con esa acción, reformar el entorno construyendo instalaciones que cautiven a nacionales y extranjeros visitarla aún no haya actividad en el estadio. Centros de diversión y comerciales, museos deportivos y parques de recreo y, asimismo, habría que por lo menos en una campaña del torneo nacional buscarle un asiento alterno a Leones y Tigres.

Dos de las más emblemáticas franquicias de grandes ligas, Cachorros y Medias Rojas, que representan urbes de la categoría de Chicago y Boston, tienen sedes con más de cien años de antigüedad.

Acojo la idea de Cuello.