En la primera edición de 1998 en la recopilación de Stats, Inc. de la historia del béisbol desde la perspectiva de las métricas modernas, una de las últimas obras físicas de esta naturaleza editadas, se reconoce como ganador de un galardón aún no creado a una serie de jugadores del pasado, intentando hacer justicia retroactiva. En el caso de los premios de Jugador más Valioso y Cy Young al mejor lanzador, el primero se comenzó a otorgar a partir del año de 1930 y el segundo en 1956. En función de la señalada iniciativa, Adolfo Luque debió ser el ganador de ambos galardones en la Liga Nacional en 1923. Cubano de nacimiento, Luque fue el primer hispano en brillar en las grandes ligas.
Superada la barrera racial, 53 años después, en 1956, le toca al campo corto venezolano Luis Aparicio ser oficialmente el primer latino en obtener uno de los tres premios más importantes que se entregan anualmente, al ser elegido Novato del Año de la Liga Americana. El mismo galardón lo obtienen Orlando Cepeda y Tony Oliva en 1958 y 1964 y en 1965 Zoilo Versalles es el primer hispano en ganar el título de Jugador más Valioso. Se inicia así una cadena que enlaza al año siguiente como ganadores a Roberto Clemente y en 1967 a Cepeda; estos dos últimos en la Nacional y Versalles en la Americana.
Ese 1967 es además la primera ocasión que dos latinos consiguen uno de los grandes reconocimientos ya que Rod Carew, panameño, obtuvo el de mejor novato del joven circuito. En 1969 el año cierra con Miguel Cuellar ganando el Cy Young de la Liga Americana, compartido con Dennis McClain, reconociéndolo como pionero entre los hispanos por el carácter oficial que ya tenía esa distinción. Desde entonces la obtención de estos premios por hispanos ha ido en aumento. Los dominicanos Alex Rodríguez y Albert Pujols han alcanzado el de JMV en tres ocasiones cada uno, igual que Pedro Martínez el Cy Young.
En este siglo XXI únicamente en las campañas de 2011 y 2016 un latino no ha ganado uno de estos tres premios.