En el Camino Electoral
Solo 7 han ocupado la presidencia del país durante últimos 57 años
Aunque 56 líderes políticos han sido candidatos presidenciales en República Dominicana desde el 1962 hasta el 2016, solamente siete han logrado presidir el Poder Ejecutivo, al resultar ganadores en las 15 elecciones celebradas en el período de vida democrática instaurado a partir del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Solo tres han repetido en el poder, Joaquín Balaguer, fenecido líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que agotó 6 mandatos (1966-1978 y 1986-1996); Leonel Fernández, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), (1996-2000 y 2004-2012), y el actual presidente, Danilo Medina, también del PLD, (2012-2016 y 2016-2020).
El primero en ganar unas elecciones presidenciales en ese período democrático fue el profesor Juan Bosch, en el 1962, por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD); Antonio Guzmán Fernández, (1978 hasta el 4 de julio de 1982, cuando se suicidó); Salvador Jorge Blanco (1982-1986); Hipólito Mejía (2000-2004), estos tres también el PRD.
Todavía los partidos no han definido las candidaturas para las elecciones del 2020, que serán la número 16 que tendrá el país a partir del 1962.
Complejidades Cada elección ha tenido sus complejidades, temores y novedades. En algunas ha habido mucha desconfianza en las autoridades que administraban el proceso y constantes denuncias de fraudes, que generaron crisis post electorales. Las campañas políticas también han sido conflictivas, produciéndose enfrentamientos entre militantes políticos, e incluso muertes.
En las más recientes ha inquietado la aprobación de normativas legales, resoluciones y medidas adoptadas por el órgano rector, que en cierta medida cambian las reglas de juego.
El cambio de la cédula de identidad y electoral en años preelectorales, la variación del sistema para la selección y asignación de escaños para los diputados y senadores, las novedades introducidas para la transmisión y el escrutinio de los resultados a través de modernos equipos tecnológicos, han sido algunos de los elementos que han dado lugar a desconfianzas y cuestionamientos
Para el politólogo Belarminio Ramírez Morillo, los procesos electorales más vulnerables en la historia política dominicana en el ciclo de la democracia han sido los celebrados en 1986, 1990 y 1994. Esos tres períodos tuvieron el común denominador que fue declarado ganador el líder del PRSC, Joaquín Balaguer.
“La sociedad vivió momentos de incertidumbre de intensa magnitud que afectaron la marcha de la economía y alteraron el estado emocional de un porcentaje alto de la población”, recuerda Ramírez Morillo.
La crisis de 1994 Luego de las elecciones de 1994, se produjo una crisis que dio lugar a una amplia reforma constitucional y electoral, que incluyó la reducción a dos años del período presidencial, por lo que las siguientes elecciones fueron convocadas en el 1996, la instauración del sistema de doble vuelta, exigiendo que para ganar un partido requiera obtener el 50% más uno de los votos, los colegios electorales cerrados y otras reglas no menos importantes.
Para el próximo torneo comicial, se ha sumado el ingrediente de la aprobación de dos nuevas leyes (de partidos y de régimen electoral), de las que se han desprendido resoluciones y reglamentos por parte del órgano que organiza el proceso, que no han contado con el consenso de los partidos políticos, que no se han limitado a presentar sus reclamos ante las mismas autoridades electorales, sino que han ido más lejos sometiendo impugnaciones ante los tribunales.
La interpretación de disposiciones de las leyes aprobadas en el 2018 y el 2019, a poco tiempo de las elecciones, ha sido un punto de discordia, especialmente en lo concerniente a la forma de elegir a los senadores en cinco provincias y el Distrito Nacional, que mantiene el arrastre de los diputados.
Voto automatizado La modalidad de selección de los regidores también es nuevo, pues la ley 157-13 impone que se aplique el sistema de voto preferencial, que ha generado muchos inconvenientes al momento de calcular los votos.
Pero, además, se agrega la variación del sistema de votación, que será automatizado, por mandato de la ley 15-19 de régimen electoral, que implica la adquisición de equipos, siendo una de las principales novedades de este proceso.
El politólogo Ramírez Morillo entiende que en cuanto al derecho electoral y al órgano rector de las elecciones, la sociedad dominicana no tiene motivos para temer. “Tenemos las normas necesarias y una Junta Central Electoral guiada por un personal calificado que inspira respeto y confianza”, consideró.
Empero, dijo que le preocupa la perspectiva de pérdidas de confianza en los partidos políticos y el liderazgo tradicional.