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ajusticiamiento de Trujillo

¿Se involucraron o no? La CIA y su papel en el ajusticiamiento de Trujillo

El documento señala que las autoridades estadounidenses pudieron entrevistar al oficial del Servicio de Inteligencia Dominicana que fue asignado para investigar el ajusticiamiento de Trujillo

Dictador Rafael Leonidas Trujillo

Dictador Rafael Leonidas TrujilloArchivo General de la Nación

Durante esta semana fueron descalificados los archivos sobre el asesinato de John F. Kennedy, registrado cuando aún era presidente de los Estados Unidos en noviembre de 1963.

Entre los documentos se registran varios reportes sobre República Dominicana, uno de ellos trata acerca de la anuencia o no del Gobierno de los Estados Unidos en la conspiración para ajusticiar al dictador de la República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo.

Los archivos reseñan un artículo periodístico escrito por Norman Gall en el periódico The New Republic publicado el 13 de abril de 1963, casi dos años después del ajusticiamiento de Trujillo, que indica la posible implicación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) en todo el plan.

El escrito indica que la CIA comenzó a enviar armas a la República Dominicana a finales de 1960, con el fin de que estas le llegaran a las personas que estarían orquestando el plan para llevar a cabo el ajusticiamiento.

Gall señala que las armas comenzaron a ser enviadas luego de que produjeran una serie de conversaciones entre el entonces cónsul de los Estados Unidos, Henry Dearbora; el jefe político de ese consulado, Jhon Barfield y el héroe nacional Luis Amiama Tío.

Según ese artículo, las armas eran enviadas por partes entre los cargamentos de suministros alimenticios que eran enviados desde Estados Unidos para Lorenzo Berry (identificado como "Wimpy"), quien era un ciudadano norteamericano que era dueño de un supermercado ubicado en una zona exclusiva de la capital dominicana, entonces conocida como Ciudad Trujillo.

De acuerdo con el texto periodístico que recoge el reporte, las conversaciones entre Barfield y el grupo Antitrujillista, se hacen "cada vez más serias" a medida que los problemas políticos y económicos de la dictadura se hacían más visibles. Para finales de 1960 se indica que ya el grupo había sido contactado por un agente de la CIA que fue denominado como "Plato Cox".

Justo debajo de la reseña del escrito periodístico, el reporte señala que las autoridades norteamericanas entrevistaron a Richard Bissell, J.C King y a J.D. Esterline, parte de las principales autoridades de la CIA en ese momento.

Al momento de ser entrevistado, King indicó que rol de la CIA fue limitado a monitorear ese motín interno contra Trujillo; la misma posición fue compartida por Esterline, quien incluso resaltó que la agencia no estuvo involucrada en ningún momento con la idealización del plan.

Sin embargo, Bisselll señaló que rol de la CIA fue uno "positivo", y que la agencia "dio apoyo a un grupo de ciudadanos que tenían un fin común con el Gobierno de los Estados Unidos", al tiempo que la describió como una "operación normal que incluyó reuniones, discusiones y aprobaciones formales".

"Nosotros no tenemos una información que nos dé una respuesta sobre si las armas utilizadas en el ajusticiamiento fueron suplidas por la CIA o no", manifiesta el documento.

A pesar de esos testimonios, los reportes también manifiestan que entre 1959 y 1961, tanto Juan Vicini como Donald Reid Cabral sostuvieron reuniones en la ciudad de Nueva York con Ned Holman, jefe en el momento de la CIA, para orquestar un plan que permita sacar a Trujillo del control del Estado Dominicano.

Los planes iniciales consistían en tratar de convencer al tirano de que "salga pacíficamente" del país, sin embargo, luego de enviar a varios emisarios, los conspiradores llegaron a la conclusión de que Trujillo solo saldría de la Presidencia una vez fuera ajusticiado.

Dos grupos

El documento señala que las autoridades estadounidenses pudieron entrevistar al oficial del Servicio de Inteligencia Dominicana que fue asignado para investigar el ajusticiamiento de Trujillo, que fue solamente identificado como "teniente Ortiz".

Durante su interrogatorio, Ortiz señaló que sus investigaciones dieron como resultado que el plan fue orquestado por dos grupos, el grupo armado compuesto por el teniente Amado García Guerrero, quien era parte de la guardia presidencial; Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, Roberto Pastoriza, Pedro Livio Cedeño y Manuel Tunti Cáceres, aunque este último no estuvo en la ejecución final.

El otro grupo era el "político", el cual tomaría el control de la Presidencia de la República una vez se ejecutara el ajusticiamiento; esta facción estaba compuesta por Amiama Tio, Modesto Díaz, el general Juan Tomás Díaz, entre otros no identificados. Todos bajo la protección del entonces jefe de las Fuerzas Armadas, Román Fernández.

El teniente Ortiz manifestó que el plan original estaba supuesto a ejecutarse una semana antes de cuando sucedió, es decir la noche del 23 de mayo en vez de la noche de la del 30 de ese mes, y que el mismo consistía en qué una vez se ejecutara el ajusticiamiento, el cadáver sería llevado hacia la casa de Román, quien en control de las Fuerzas Armadas tomaría la Presidencia de la República.

Sin embargo, una vez el plan no fue ejecutado la noche del 23 de mayo, comenzaron a verse los "fallos". Ortiz dice en su interrogatorio que el grupo armado se mantuvo siempre en "estado de alerta" a la espera de que Trujillo diera su acostumbrado viaje a su rancho en San Cristóbal. El teniente manifestó que cuando Amado manda el mensaje, el 30 de mayo de 1961, sus compañeros "no se encontraban preparados" pero que actuaron de todas maneras, ya que De la Maza amenazó con "actuar por cuenta propia" si no realizaban la operación esa noche.

El cadáver de Trujillo fue colocado dentro del baúl del carro de De La Maza y llevado hacia el garaje de la casa del General Díaz, quien estaba supuesto de avisar a “Pupo” Román de que la operación se había llevado a cabo y que debían tomar acción en ese momento.

Sin embargo, no se pudo contactar con Román, quien no sabía que la operación se llevaría a cabo ese día y que cuando confirmó la muerte del tirano, ya Héctor Trujillo y Jhonny Abbes habían tomado control del Poder Ejecutivo.