violencia de género
Hombre que agredió a expareja en recinto UASD no muestra arrepentimiento, asegura fiscal de Barahona
Este lunes se le conocerá medida de coerción a Gómez López, contra quien la fiscalía solicitará tres meses de prisión preventiva
Randy Antonio Gómez López, quien el pasado viernes 8 de marzo se hizo pasar por estudiante para ingresar a la Universidad Autónoma Santo Domingo (UASD) de Barahona a matar a su expareja, Anny Gabriela Rosario Beltré, no muestra arrepentimiento por lo que hizo.
Esto fue lo que reveló el fiscal titular de Barahona, el magistrado Wellington Matos Espinal.
Al ser consultado sobre cómo se encontraba Gómez López luego de propinar varias puñaladas a su expareja, dijo que “no muestra arrepentimiento alguno por lo que hizo, sino que, por el contrario, justifica su acción”.
El magistrado destacó la valentía de un joven estudiante que, al percatarse de lo que ocurría, se enfrentó al agresor hasta que logró reducirlo a la obediencia, quitarle el arma, contexto en que es auxiliado por sus otros compañeros, quienes también, se abalanzaron contra Gómez López.
“Luego, son las y los estudiantes, una vez sometido reducido a la obediencia el agresor, quienes trasladan a la chica al hospital para que reciba asistencia médica”, dijo el fiscal titular de Barahona, durante la entrevista vía telefónica en el programa de televisión “El Día”.
Medida de coerción
Matos Espinal informó, además, que este lunes se le conocerá medida de coerción a Gómez López, contra quien la fiscalía solicitará tres meses de prisión preventiva, el que considera suficiente.
Indicó, asimismo, que el caso está en etapa de investigación y que, al imputado se le ocupó un celular, móvil que se analizará, sobre todo, las conversaciones sostenidas entre el agresor y su víctima, previo a ocurrir el hecho.
El imputado, detenido infraganti por violentar a su mujer en el salón de clases de la Primada de América en Barahona, no tiene antecedentes penales, lo que para el titular de la Fiscalía en la sureña Barahona, constituye una “sorpresa”.
De igual modo, el magistrado Matos Espinal, dijo que la familia de la víctima hizo una importante labor de intermediación para evitar llegar a la actual situación.
El hecho
El magistrado reveló que Rosario Beltré se presentó a la Unidad de Violencia de Género el pasado lunes 4 de marzo en busca de auxilio o protección por parte de las autoridades competentes por la amenazas de su expareja.
Matos Espinal, durante su entrevista telefónica en el programa televisivo, reveló, además, que de inmediato se activó el protocolo en estos casos y se le solicitó ir a una casa de acogida, pero esta no aceptó el ofrecimiento “porque estaba segura con su familia”.
“Ella no acepto, manifestó que se encontraba segura o protegida con su familia. Al día siguiente, al parecer él (Randy Antonio) se da cuenta que ella había ido a la unidad y comenzó a enviarle mensajes con una prima, de nombre Amanda, entonces se presenta nuevamente a la unidad y denuncia que este la está amenazando, de que la mataría y luego se mataría él”, expuso el fiscal.
Explicó que al presentarse nuevamente a la Unidad de Violencia de Género de Barahona, se activó el protocolo, se solicitó orden de arresto en contra del agresor, aprovechando este el día 8 de marzo, para disfrazarse de estudiante.
Atención al caso
Precisó que el caso de Rosario Beltré se hizo en forma oportuna, ya que ella va el día 4 a poner la denuncia, pero es el día 7 u 8 cuando se expide una orden arresto, luego del segundo momento en que ella va a la Unidad de Violencia de Género por las amenazas que recibe a través de una prima, que no especifica si es de la víctima o del agresor.
Asimismo, el magistrado procurador fiscal titular de Barahona, Wellington Matos Espinal, dijo que este caso deja una lectura importante a las mujeres y es el hecho de que estas deben aceptar las “Casas de Acogida”, porque afirma, que estas no están “seguras” en su entorno, laboral, escolar, residencia o universidad.
“Hasta tanto el agresor no se arreste deben estar en las casas de acogida, porque esa es la lección que debemos sacar del caso de Ana Gabriela y Randy”, expuso el magistrado Matos Espinal.