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La educación: Su poder transformador para el futuro de las niñas

Aunque Unibe realiza labores para favorecerlas, lograr la equidad y el progreso de ellas, es posible si gobiernos, empresas, sociedad civil y academia trabajan juntos para derribar las barreras.

Las universidades pueden aportar de muchas maneras: garantizando una educación inclusiva, libre de barreras estructurales que profundizan la brecha de género.

Las universidades pueden aportar de muchas maneras: garantizando una educación inclusiva, libre de barreras estructurales que profundizan la brecha de género.

Desde 2012, cada 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña, una fecha declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para reconocer los derechos de las niñas y los desafíos únicos a los que todavía se enfrentan en todas partes del mundo. 

‘La visión de futuro de las niñas’, el lema escogido para este año, tiene como objetivo amplificar sus voces y apoyar su capacidad de acción para contribuir a una mejor sociedad para todos. Sin las niñas y mujeres no hay futuro y sin igualdad de derechos y oportunidades para ellas no hay progreso. Sabemos que la educación es una llave maestra para abrir las puertas del desarrollo, sin embargo, de acuerdo a la Unesco, hoy día unas 122 millones de niñas están fuera de la escuela y la desigualdad de género prevalece en los entornos educativos.

Todos tenemos el poder y la responsabilidad de generar cambios desde nuestras realidades y espacios de influencia, para eliminar las barreras políticas, legales, educativas, sociales y culturales que aún persisten. En el caso de las instituciones de educación superior, su papel es clave en la lucha por un mundo más igualitario y justo para las niñas y mujeres jóvenes. Al cursar una carrera universitaria, ellas acceden a herramientas para desafiar las normas de género tradicionales y vencer los obstáculos que limitan su participación en sectores donde han sido históricamente subrepresentadas, como la ciencia, la tecnología y la política.

Impacto positivo

Las universidades pueden aportar de muchas maneras: garantizando una educación inclusiva, libre de barreras estructurales que profundizan la brecha de género; constituyendo un espacio seguro, igualitario y libre de violencia para las niñas y mujeres de su comunidad, e implementando políticas que promuevan el acceso, la permanencia y el éxito de las niñas en la educación superior. Igualmente, priorizando la investigación en temas de género y derechos de las niñas, e impulsando la creación de políticas públicas que mejoren el acceso y la calidad educativa para las niñas, el respeto a sus derechos y su participación activa en la sociedad.

“La mayoría de los países del mundo no han logrado la equidad entre hombres y mujeres. Estas desigualdades estructurales, tanto económicas como educativas y en participación política, ponen a las mujeres en una posición de continuada vulnerabilidad”, afirma la doctora Aída Mencía Ripley, vicerrectora de investigación e innovación de la Universidad Iberoamericana, Unibe, y titular de la Cátedra Unesco de Estudios Interseccionales de Género en Educación y Psicología de la institución. Las universidades generan constantemente conocimientos sobre la urgencia de la equidad de género, un tema transversal en esta casa de altos estudios, ya que permea todas las instancias, escuelas y departamentos. 

La Cátedra Unesco de Estudios Interseccionales de Género en Educación y Psicología lidera las iniciativas e investigaciones de género, y el Comité Institucional de Inclusión y Diversidad establece e implementa las políticas institucionales que velan por la equidad. Su programa Becas Mujeres en las Ingenierías contribuye a aumentar la participación de las jóvenes en las carreras STEM, y cerrar la brecha de género en estos sectores en crecimiento, facilitando el acceso a los programas de Ingeniería Civil, Ingeniería Industrial y de Sistemas y la de Ingeniería en Tecnologías Computacionales de la universidad.

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