“Él los bautizará con el Espíritu Santo”

Estamos ya en el segundo domingo de Adviento y las lecturas todas tienen que ver con la espera del Mesías, del que iba a venir a darnos la salvación.

Desde el pasado viernes, día en que celebrabamos la Inmaculada Concepción, las lecturas son del Profeta Isaías, el que se identifica con la llegada del Mesías. Él es quien habla del nuevo rey que reinará hasta el fin de los tiempos. Él es el heraldo de la venida del Señor y de nuestra salvación, porque en Jesús se cumplirá un tiempo de paz.

Los profetas del Adviento son Elías, Juan el Bautista y María.

Siempre me ha gustado esta lectura de Isaías: “Una voz grita en el desierto: Prepárenle un camino al Señor; allanen en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la Gloria del Señor y le verán todos los hombres justos, ha hablado la boca del Señor”.

El Señor llega con poder, y su brazo manda como un pastor que apacienta el rebaño.

Juan bautizaba en el desierto: “Pero detrás de mí vendrá el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo les he bautizado con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo”.

Estamos en el ciclo B y todos los domingos se lee a San Marcos. La imagen del “desierto” aparece en la primera lectura, en el Evangelio, y en ella se sintetiza el mensaje litúrgico de este domingo de Adviento.