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Restauración ecológica: experiencia en el bosque seco dominicano
La mayoría de los bosques secos del país están muy degradados por la elaboración de carbón vegetal, o han desaparecido por la expansión agrícola y urbana.
La Sociedad Internacional para la Restauración Ecológica (Society for Ecological Restoration International – SER) define la restauración ecológica como el proceso deliberado de asistir, iniciar o acelerar la recuperación de un ecosistema con respecto a su salud, integridad y sostenibilidad (SER, 2004). A menudo, el ecosistema que exige restauración ha sido dañado, degradado, transformado o totalmente destruido por causa directa o indirecta de las actividades del hombre o en algunos casos causadas o empeoradas por causas naturales, tales como incendios, inundaciones, tormentas o erupciones volcánicas (SER, 2004).
La restauración se divide en dos grandes rubros, restauración activa y restauración pasiva.
La restauración ecológica pasiva
Este tipo de restauración se produce “de forma natural”, a través de procesos de sucesión ecológica secundaria. Este tipo de restauración es conocida como pasiva porque tiene lugar sin una intervención humana significativa. Existen áreas que, naturalmente, recuperan muy rápidamente la cobertura de bosque a través de la restauración pasiva (en términos de biomasa, número de árboles, área basal, cobertura de copas y diversidad de especies), mientras que en otras el proceso puede ser más lento o, incluso, bajo condiciones muy desfavorables, podría no llegar nunca a restaurarse satisfactoriamente. Si bien la actividad humana no es tan relevante en este tipo de restauración, son importante al menos acciones que conserven/mejoren aquellos procesos ecológicos que dinamizan la restauración, como el caso de la polinización y dispersión de semillas. (Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2022)
La restauración ecológica activa
Cuando los ecosistemas, o el paisaje donde se encuentran, están muy degradados o destruidos y han perdido sus mecanismos para la restauración pasiva, es necesario asistirlos. Por ejemplo, si no hay una adecuada lluvia de semillas, el suelo está muy degradado, existe una especie pionera muy agresiva que compite fuertemente con la regeneración natural (los pastos, por ejemplo), hay incendios frecuentes, etcétera. A esta manipulación intencionada de la sucesión ecológica se le conoce como restauración activa o asistida. La restauración activa implica que, con intervención humana, se ayuda el ecosistema a superar barreras socio ecológicas que impiden o retardan su regeneración. (Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2022)
El objetivo final de la práctica de restauración ecológica es crear un ecosistema autosuficiente, proveedor de bienes y servicios, que sea resistente a la perturbación y no necesite mayor intervención en el futuro.
Sobre la diferencia entre restauración ecológica y reforestación: ambos términos a menudo se usan en el mismo contexto en el lenguaje diario. Pero la restauración ecológica se define por su objetivo de restablecer un ecosistema definido mientras la reforestación puede tener otros objetivos, muchas veces económicos.
¿En cuáles casos es recomendable aplicar restauración ecológica y en cuáles casos reforestación?
Depende del objetivo y del lugar. En áreas protegidas sería recomendable trabajar hacia el restablecimiento del ecosistema que existía antes de haber sido destruido o degradado usando especies del lugar. En zonas de amortiguamiento o zonas fuera de las áreas protegidas pueden reforestarse zonas con fines económicos (madera, productos no-maderables) siempre y cuando se hayan hecho los estudios necesarios para determinar que dichas especies no invaden en forma negativa y agresiva los ecosistemas naturales (caso del Nim y de la Acacia mangium, entre otros).
Conexión entre la restauración ecológica y los servicios ecosistémicos
La restauración ecológica puede reestablecer y/o mejorar importantes servicios ecosistémicos, que se hayan perdido durante la degradación o destrucción de un ecosistema. Los servicios ecosistémicos son los beneficios que recibe la sociedad por la utilización de diferentes elementos de la naturaleza, los cuales están comprendidos en ecosistemas silvestres.
Incluye la provisión de agua, fertilidad y creación de suelos, polinización, crecimiento y reproducción de especies comestibles, mitigación de impacto de tormentas, asimilación de desechos, regulación climática, productos maderables y no-maderables para uso humano, control de plagas y elementos fitopatógenos, entre otros.
Casos de restauración y reforestación exitosos en República Dominicana
En reforestación: Plan Sierra (con Pinus occidentalis). En restauración: restauración del hábitat del zorzal migratorio (Catharus bicknelli) por el Consorcio Ambiental Dominicano (CAD), la Fundación Loma Quita Espuela, la Sociedad para el Desarrollo del Nordeste (SODIN) y el Centro Vermont de Estudios Ecológicos; restauración de arrecifes coralinos por la Fundación Ecológica Punta Cana junto a la Universidad de Miami y la restauración de ecosistemas de manglares a través del Centro para el Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE).
Tipo de ecosistemas degradados donde se trabaja en restauración ecológica
Uno de los enfoques del Grupo Jaragua ha sido la restauración del bosque seco. Los bosques secos en República Dominicana se encuentran en tierras bajas hasta unos 500 metros de altura. Suelen presentar árboles de bajo porte, diversos cactus, algunas palmas y escasos arbustos y hierbas. Refugian a numerosas especies nativas y endémicas amenazadas, entre las que destacan nuestras dos especies de iguanas Cyclura.
Lamentablemente, la mayoría de los bosques secos del país están muy degradados por la elaboración de carbón vegetal, o han desaparecido por la expansión agrícola y urbana. También, son fuentes de leña, maderas preciosas, postes para cercados y vigas para construcción de casas y enramadas. Chivos y vacas comen sus plantas, especialmente rebrotes, y algunos han sido destruidos por la minería. Por esto, Grupo Jaragua trabaja activamente para lograr su restauración ecológica atacando los problemas raíz y sembrando plantas nativas y endémicas propias de cada localidad.
Desde el año 2017 un total de 1,000 hectáreas se han repoblado con cladodios de alpargatas (Consolea moniliformis). Los frutos de este cactus son la comida preferida de las iguanas, especialmente en tiempos de sequía prolongada, ya que contienen agua y son disponibles el año entero.
Especies de animales que se han beneficiado de la restauración
La Iguana de Ricord (Cyclura ricordii) – especie en peligro según lista roja de la UICN – es la especie que más se ha beneficiado de la restauración. Datos tomados en transeptos en el sur del Lago por el Grupo Jaragua muestran un incremento en cantidad de cuatro veces de madrigueras de iguanas de 2019 a 2022. La iguana no solamente es beneficiaria de la restauración, sino es una especie importante para la redistribución de semillas. No solamente es beneficiario, pero al mismo tiempo funciona como uno de los restauradores naturales más importantes.
Además, se pueden presenciar más especies de aves, al igual distribuidores de semillas.
Es importante mencionar, que con la restauración las interacciones ecológicas entre las diferentes especies de animales, plantas y demás organismos se mejoran significativamente. Es una situación “win win” para los distribuidores de semillas y las especies de plantas correspondientes.
Dificultades para lograr el éxito
El sur de lago Enriquillo se caracteriza por un clima seco con pocas lluvias de forma ocasional. Por tal razón la falta de agua es un impedimento grande para el establecimiento de plántulas en el suelo.
La situación se agrava por la presencia de ganado caprino y bovino. Estos herbívoros no dejan que plántulas nacidas tengan chance de crecer.
El uso de la zona para la producción de carbón durante décadas con un empobrecimiento casi total de la vegetación original ha dejado el suelo de la zona previsto de un banco de semillas que pueda aportar a repoblar el área con especies propias de bosque seco.
Las siguientes medidas se han tomado para poder superar las dificultades mencionadas:
La especie de enfoque para la siembra ha sido la alpargata (Consolea moniliformis), la cual se propaga y se siembra por sus cladodios espinosos. El ganado no toca estos cladodios espinosos. También los cladodios aguantan cierto tiempo sin agua, y cuando llega la lluvia, echan raíces en forma muy rápida.
Hay especies como el guayacán (Guayacum officinalis), saona (Ziziphus rignonii), guaconejo (Amyris spp.) que no son tocados por el ganado, pero si sufren por falta de agua. Un sistema de riego fue establecido reusando botellas de refresco (ver foto), para suplir agua de forma efectiva y económica a las plántulas de estas especies.
Para las especies como el almácigo (Simaruba glauca) y baitoa (Phyllostylon rhamnoides), que tienen hojas que son el “manjar” de las vacas y chivos, no queda otro remedio que cercarlas de forma segura con alambre de púas y además regarlas en la forma ya mencionada.
Todas esas medidas han dado resultados positivos.
Contribución de las comunidades y los donantes en la restauración
La participación de las comunidades ha sido la clave para el éxito del programa. Más de 100 mujeres y hombres de las comunidades de Baitoa y Vengan A Ver se han integrado a la labor de restauración bajo un sol extremo y aguantando las espinas de los cactus. Lo más importante de todo esto es que los comunitarios ya han adoptado conocimiento y ahora se sienten parte del proceso de restauración y conservación del ecosistema que los rodea. Como resultado se ha detenido casi en su totalidad la extracción de iguanas de sus madrigueras y se ha detenido al 100% la quema de carbón vegetal en la zona de Baitoa, que antes era la causa principal de la destrucción del bosque seco.
La restauración de un ecosistema es un proceso largo que requiere de recursos humanos y además financieros durante muchos años. Muchas agencias solamente dan apoyo financiero durante uno o dos años, algunas llegan hasta cuatro. La International Iguana Foundation (IIF) ha brindado apoyo continuo a los esfuerzos de conservar y proteger la iguana de Ricord y trabajar en la restauración del bosque seco. Además, el programa de restauración ha recibido apoyo del Programa de Pequeños Subsidios de la GIZ, de CESAL, entre otros.
Los autores son miembros del Grupo Jaragua.
Ernst Rupp se dedica al desarrollo, promoción y establecimiento de sistemas agroforestales basados en especies de plantas nativas y endémicas. Héctor Andújar Batista es encargado de restauración en el campo.
Literatura
- Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. (2020). Guía Metodológica para la Restauración de Ecosistemas Degradados y Paisajes en la República Dominicana. Programa Regional Fondo de Desarrollo Verde para la región del SICA / REDD+ Landscape Primera Edición. Santo Domingo, República Dominicana. 84 páginas.
- Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2022. Guía Técnica de Buenas Prácticas Ambientales y Sociales de Regeneración Natural en Zonas Degradadas en el Marco de REDD+ en República Dominicana. Proyecto de Preparación para REDD+. Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques / Grupo Banco Mundial. Santo Domingo, República Dominicana. 76 páginas.
- Society for Ecological Restoration International Science & Policy Working Group. 2004. The SERInternational Primer on Ecological Restoration. www.ser.org & Tucson: Society for Ecological Restoration International.