MURO FRONTERIZO

Trump dice que por ahora no declarará estado de emergencia

El presidente Donald Trump declaró el viernes que por ahora no declarará una emergencia nacional para financiar su muy prometido muro fronterizo, conforme aumenta la presión para encontrar una salida de un impasse que ya lleva tres semanas y tiene cerradas partes del gobierno, dejando a miles de empleados sin paga.

“La solución más fácil es que yo declare una emergencia nacional... pero no voy a hacer las cosas así de rápido”, dijo Trump en una reunión en la Casa Blanca con líderes estatales y locales sobre temas de seguridad fronteriza.

“Eso es algo que el Congreso puede hacer”, dijo Trump.

Aproximadamente 800.000 empleados, más de la mitad de los cuales todavía se presentan a trabajar, están por perder su primera paga el viernes debido al cierre, y Washington está cerca de fijar un récord del cierre de gobierno más largo en la historia del país. Esos indicadores — junto con los efectos que ha tenido en parques nacionales, inspecciones de alimentos y la economía en general — tenían a algunos de los republicanos en el Capitolio cada vez más incómodos con las exigencias de Trump.

Por otra parte la Cámara de Representantes aprobó el viernes pagarle retroactivamente sus sueldos a los empleados federales afectados por la paralización de las actividades oficiales, una vez que concluya el cierre.

El Senado había aprobado la medida el jueves por unanimidad. Ahora va al presidente Donald Trump quien debe firmarla.

El viernes, al preguntarle por el apuro por el que pasan las personas que no reciben su sueldo, el presidente evadió el tema y dijo que se sentía mal “por las personas que tienen familiares que han sido asesinados” por criminales que atravesaron la frontera.

Poco después Trump tuiteó que durante su visita a la frontera los funcionarios allí le aseguraron que “es una situación mucho peor de lo que casi cualquier persona comprendería, ¡es una invasión!”

En la visita, los funcionarios le mostraron a Trump estadísticas sobre cruces ilegales y confiscaciones de drogas. Pero las drogas fueron confiscados en puntos de entrada establecidos, no en las zonas al aire libre donde Trump quiere levantar el muro. Y no ha habido presencia alguna de hordas invasoras.

Por su parte el vicepresidente Mike Pence aseguró que el gobierno estadounidense actual seguirá insistiendo para que se construya la muralla.

“Este presidente y esta administración continuarán en la lucha para la construcción del muro”, dijo Pence en un discurso en la sede del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza.

Fuentes oficiales dijeron que el Pentágono está ultimando planes para enviar cientos de soldados más a la frontera por varios meses, a fin de ayudar al personal del Departamento de Seguridad Nacional e instalar alambres a lo largo de 257 kilómetros (160 m illas) en Arizona y California.

Los detalles todavía deben definirse pero lo más probable es que se prorrogue la misión militar hasta fines de septiembre, dijeron las fuentes que pidieron permanecer anónimas. Sin embargo la instalación de la cerca de alambre no durará tanto tiempo así que los militares involucrados en eso terminarán su misión mucho antes de septiembre.

Trump visitó McAllen, Texas, y el río Grande el jueves para enfatizar lo que dice es una crisis de drogas y delincuencia. Allí dijo que “si por algún motivo no logramos esto, declararé una emergencia nacional”, haciendo referencia a un acuerdo con los demócratas de la Cámara de Representantes que se han negado a aprobar los 5.700 millones de dólares que exige para el muro.

Pese a las aseveraciones de Trump no hay evidencia de una ola de delitos cometidos por inmigrantes. Varias investigaciones de sociólogos e incluso del instituto académico Cato Institute han determinado que los que están ilegalmente en Estados Unidos cometen menos delitos que los ciudadanos estadounidenses, y los inmigrantes legales aún menos.

Trump consultaba con abogados de la Casa Blanca y aliados sobre cómo utilizar los poderes presidenciales en caso de emergencia para tomar una medida unilateral para construir el muro a pesar de las objeciones del Congreso. Afirmó que sus abogados le dijeron que la medida soportaría el escrutinio legal “100%”.

La medida de evadir el control constitucional del Congreso sobre los fondos del país generaría ciertas impugnaciones legales y quejas de ambos partidos por la extralimitación del ejecutivo.

Una autoridad congresual dijo que la Casa Blanca ha instruido al cuerpo de Ingenieros de la Armada a buscar los miles de millones de dólares destinados el año pasado como respuesta al desastre de Puerto Rico y otros lugares que puedan desviarse a la construcción del muro como parte de la declaración de emergencia. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar públicamente.

El viernes, autoridades en Puerto Rico dijeron que era “inaceptable” y que la isla todavía lucha para recuperarse del huracán María, una tormenta categoría 4 que golpeó hace más de un año y generó daños por un valor de 100.000 millones de dólares.

El gobernador Ricardo Rosselló dijo que el muro no debería financiarse “con el dolor de los ciudadanos de Estados Unidos que han sufrido una tragedia y una pérdida a través de un desastre natural”.

“Utilizar ahora esto como balón político no es lo que merecen los ciudadanos americanos en Puerto Rico”, dijo Jennifer González, representante del territorio estadounidense ante el Congreso. Agregó que la isla todavía no recibe 2.500 millones de dólares en fondos. “Rechazo vehementemente ese juego con nuestro dolor y esperanzas”.

No queda claro qué abarcaría el acuerdo y no hubo indicios de que hubiera alguno a la vista. Trump dijo que no reabrirá el gobierno sin dinero para el muro. Los demócratas aseguran que favorecen las medidas para aumentar la seguridad fronteriza, pero se oponen a la larga e impenetrable barrera que desea Trump.

El cierre parcial del gobierno llegaría a un récord la mañana del sábado, superando el cierre de 21 días que terminó el 6 de enero de 1996 bajo la presidencia de Bill Clinton.

Los periodistas de The Associated Press Jill Colvin, Colleen Long, Alan Fram y Deb Riechmann en Washington, Nomaan Merchant en McAllen, Texas, y Danica Coto en San Juan contribuyeron a este despacho.