Espacio aéreo de Corea del Norte recobra "cierta" actividad gracias a Rusia y a Putin
Del mismo modo, el aparente enfriamiento de las relaciones entre Pionyang y Pekín, que parece coincidir con el acercamiento entre Kim y Putin
El espacio aéreo norcoreano ha recuperado cierta actividad en el último año con la progresiva reapertura del país tras un cierre fronterizo de más de tres años motivado por la pandemia y especialmente gracias a los vuelos que entran y salen desde Rusia, según un análisis del medio especializado NK News.
Desde que el régimen comenzó a relajar el bloqueo fronterizo en el verano de 2023 NK News ha podido contabilizar más de 350 vuelos surcando los cielos norcoreanos, un repunte de actividad que viene también dado por los múltiples viajes realizados por aviones de Rusia, con quien Corea del Norte ha reforzado enormemente la cooperación en el último año.
El tráfico aéreo ruso -principalmente desde y a Vladivostok- ha incluido principalmente aviones de pasajeros operados por la Fuerza Aérea rusa, que también ha enviado algunos aviones de transporte pesado como el Ilyushin Il-76 o incluso el Antonov An-124, la mayor aeronave de carga del mundo, según el estudio publicado hoy martes por el medio especializado.
De hecho, la comitiva para la visita de junio a Pionyang del presidente ruso, Vladímir Putin, se compuso de 13 aviones, lo que contrasta con las dos aeronaves que requirió el presidente chino, Xi Jingping, cuando realizó idéntico viaje en 2019, apuntó el director de NK News, Chad O'Carroll, en una comparecencia previa a la publicación del estudio.
De esos 13 aviones, tres eran Il-76, uno de los cuales se habría utilizado para transportar la limusina Aurus que Putin regaló recientemente al líder Kim Jong-un, añadió O'Carroll.
Aunque el verdadero propósito de todas esas llegadas de aviones de carga es imposible de establecer dado el hermetismo norcoreano y ruso, éstas se producen en un lapso en el que los envío de mercancías rusas -incluyendo alimentos- a Corea del Norte, según datos publicados por Moscú, han aumentado y en el que se cree que Pionyang ha transferido una gran cantidad de armamento al ejército ruso para que lo use en Ucrania.
Aunque autoridades surcoreanas y estadounidenses han obtenido pruebas de que muchas de esas transferencias se producen a través del único paso terrestre transfronterizo entre Corea del Norte y Rusia, los An-124 y los Il-76 tiene capacidad para transportar armas, incluyendo misiles balísticos norcoreanos como los que Moscú ha utilizado contra intereses ucranianos.
A su vez, la paulatina apertura fronteriza de Corea del Norte -que en el último año ha recibido a un millar de turistas rusos y planea abrir ciertos destinos a ciudadanos de "países amigos" a partir de diciembre- ha supuesto una recuperación, aunque aún escasa, de la actividad de la aerolínea nacional, Air Koryo.
En el último año, la aerolínea de bandera del país asiático ha recuperado solo tres de sus correspondencias habituales (las ciudades chinas de Pekín y Shenyang y la rusa Vladivostok) con el aeropuerto internacional de Sunan, en Pionyang, y está operando en torno a unos ocho vuelos de ida y vuelta al mes, según O'Carroll.
La limitada actividad de Air Koryo viene dada, según el director de NK News, en parte por las sanciones (Corea del Norte tiene limitada la importación de queroseno desde 2016), por el hecho de que muchas embajadas (principalmente de países no ideológicamente alineados con el régimen) permanecen vacías desde la pandemia y por su reticencia a abrir completamente las puertas al turismo.
Del mismo modo, el aparente enfriamiento de las relaciones entre Pionyang y Pekín, que parece coincidir con el acercamiento entre Kim y Putin, podría estar evitando la llegada de turistas chinos (ninguno ha visitado Corea del Norte desde que estalló la pandemia) y el que Air China -que lleva sin volar a Corea del Norte desde principios de 2020- vuelva a operar correspondencias.
Pero esa tendencia podría cambiar pronto, ya que turoperadores chinos están ofertando viajes al país vecino a partir de este diciembre, cuando se cree que el régimen acometerá una nueva apertura parcial al turismo.