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Ejército de Sudán recupera el palacio presidencial
Desde que estalló el conflicto, tanto el ejército sudanés como las FAR han enfrentado acusaciones de abusos de los derechos humanos.

Esta imagen satelital de Planet Labs PBC muestra el palacio presidencial (centro) en Jartum, Sudán, el 15 de marzo de 2025.
El ejército de Sudán anunció el viernes que recuperó el palacio presidencial en Jartum, el último bastión de las fuerzas paramilitares rivales en la capital, después de casi dos años de combates.
La toma del palacio, que está rodeado de ministerios gubernamentales, es una importante victoria simbólica para el ejército en su lucha contra las Fuerzas de Apoyo Rápido. Pero es posible que no signifique el final de la guerra, ya que las FAR controlan territorios en la región occidental de Darfur y en otros puntos de Sudán.
Videos en redes sociales mostraron a soldados en el interior y dieron como fecha el día 21 de Ramadán, el mes sagrado del ayuno en el islam, que fue el viernes. Un oficial del ejército sudanés ataviado con galones de capitán hizo el anuncio en la grabación, y los detalles confirmaban que las tropas estaban dentro del complejo.
El palacio parecía estar en parte en ruinas y los pasos de los soldados hacían crujir los azulejos rotos bajo sus botas. Los soldados, con rifles de asalto y lanzagranadas propulsadas por cohetes, coreaban "¡Dios es el más grande!".
El ministro sudanés de Información, Khaled al-Aiser, dijo en una publicación en la red social X que el ejército capturó el complejo.
“Hoy la bandera está izada, el palacio ha sido recuperado y el viaje continúa hasta que la victoria sea completa”, escribió.
La caída del palacio, un momento simbólico y estratégico
La conquista del palacio —un complejo a orillas del río Nilo que fue la sede del gobierno antes del estallido de la guerra y que está inmortalizado en billetes y sellos— supone otro logro en el campo de batalla para el ejército. En los últimos meses, los militares han logrado avances constantes bajo el mando del general Abdel-Fattah Burhan.
Esto supone que las Fuerzas de Apoyo Rápido rivales, comandadas por el general Mohammed Hamdan Dagalo, han sido expulsadas en su mayoría de la capital en la guerra que comenzó en abril de 2023. El viernes se escucharon disparos esporádicos en todo Jartum, aunque no estaba claro si se debían a enfrentamientos o a celebraciones.
El general de brigada Nabil Abdullah, portavoz del ejército, afirmó que sus tropas controlaban el palacio, los edificios ministeriales aledaños y el Mercado Árabe, ubicado al sur del complejo. El Aeropuerto Internacional de Jartum, a apenas 2.5 kilómetros (1.5 millas) al sureste, ha estado en manos de las FAR desde el inicio de la guerra.
Suleiman Sandal, un político vinculado a las FAR, reconoció que el gobierno tomó el palacio y calificó el avance como parte de «los altibajos» de la historia.
Las FAR dijeron más tarde en un comunicado que sus fuerzas “siguen presentes en las inmediaciones de la zona, luchando con valentía”. Según los reportes, un ataque con drones contra el complejo, que se cree que habría sido lanzado por la milicia, mató a soldados y reporteros de la televisión estatal sudanesa.
El jueves por la noche, las FAR afirmaron haber tomado al-Maliha, una ciudad estratégica en el desierto en Darfur Norte, cerca de las fronteras con Chad y Libia. El ejército reconoció combates alrededor de al-Maliha, pero no reportó la pérdida de la ciudad.
Al-Maliha está a unos 200 kms (125 millas) al norte de la ciudad de El Fasher, que sigue controlada por el ejército a pesar de los ataques casi diarios de las FAR, que la rodean.
El jefe de la agencia de Naciones Unidas para la infancia dijo que el conflicto ha creado la mayor crisis humanitaria del mundo.
La guerra ha matado a más de 28,000 personas, obligó a millones a huir de sus hogares y llevó a algunas familias a comer hierba en un intento desesperado por sobrevivir mientras la hambruna arrasa parte del país. Otras estimaciones sugieren un número de fallecidos mucho más alto.
El palacio presidencial había sido la sede del poder durante la colonización británica y vio el izado de algunas de las primeras banderas sudanesas independientes en 1956. También ha sido la oficina principal del presidente y de otros altos funcionarios.
El ejército sudanés tuvo durante mucho tiempo el palacio y sus terrenos en el punto de mira, bombardeando y disparando al complejo.
Años de caos y guerra
Sudán, en el noreste de África, ha vivido en una situación de inestabilidad desde que un levantamiento popular forzó la destitución del presidente autocrático Omar al-Bashir en 2019. La breve transición hacia la democracia descarriló cuando Burhan y Dagalo lideraron un golpe de Estado militar en 2021.
Las FAR y el ejército comenzaron a combatir entre ellos en 2023.
Las fuerzas de Burhan, que incluyen el ejército y milicias aliadas, han avanzado frente a las FAR desde el comienzo de este año. Han recuperado una refinería clave al norte de Jartum y han presionado al grupo en sus posiciones en torno a la capital. Los combates han provocado un aumento de las bajas civiles.
Al-Bashir enfrenta cargos en la Corte Penal Internacional por llevar a cabo una campaña genocida a principios de la década de 2000 en la región occidental de Darfur con los Janjaweed, el precursor de las FAR. Grupos de derechos humanos y la ONU acusan a las FAR y a las milicias árabes aliadas de atacar nuevamente a grupos étnicos africanos durante esta guerra.
Desde que estalló el conflicto, tanto el ejército sudanés como las FAR han enfrentado acusaciones de abusos de los derechos humanos. Antes de que el expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dejara el cargo en enero, el Departamento de Estado declaró que las FAR estaban cometiendo genocidio.
Ambos bandos niegan haber cometido abusos.