La Bodega, de Manuel González Cuesta, celebra el legado de Bodegas Balbás

El restaurante Casa Brava fue el lugar elegido para recibir a Patricia y María Balbás, herederas de la séptima generación de Bodegas Balbás, donde se preparó una cena que más que una degustación se convirtió en un viaje en el tiempo, que transportó a los comensales por una ruta cargada de historia y la pasión de una de las bodegas fundadoras de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

La Bodega, como anfitriona de la noche, brindó a un selecto grupo de invitados la oportunidad de conectar con el alma de un linaje dedicado a la excelencia vitivinícola desde 1777.

Bodegas Balbás, además de ser una de las más una de antiguas de España, es un testimonio viviente de seis generaciones comprometidas con el arte de crear vinos excepcionales, según explica un material de prensa.

Durante la velada Patricia y María, portadoras de este legado, compartieron con los asistentes la filosofía que ha mantenido a Balbás como un referente de elegancia, precisión y profundo respeto por el terruño de la Ribera del Duero.

La experiencia enogastronómica fue una oda a la riqueza culinaria de España, magistralmente interpretada por los chefs Carlos Romero y Jaime Álvarez, quienes prepararon un menú con un equilibrio perfecto entre técnica innovadora y tradición arraigada que deleitó el paladar de los comensales.

La noche fue un recorrido sensorial por la esencia de Balbás, a través de una cuidada selección de sus vinos más emblemáticos.

Deleite para el paladar

La Gama de vinos Parcelarios, con sus expresiones únicas de Pagos de Balbás, Ritus y Ancestral, reveló la meticulosidad del trabajo en cada viñedo y el singular potencial de cada parcela.

La icónica Gama Balbás, un tributo a la tradición, deslumbró con la elegancia de su Crianza, la profundidad de su Reserva y la majestuosidad de su Gran Reserva; vinos que encarnan el paso armonioso del tiempo, el equilibrio perfecto entre la fruta y la nobleza de la madera, y el arte sublime de la crianza.

Cada botella de Balbás encierra siglos de pasión, un profundo respeto por la tierra y una visión inquebrantable hacia la calidad. Degustarlos es abrir una ventana al corazón de una de las regiones vinícolas más veneradas del planeta. Tenerlos en la mesa es transformar cualquier ocasión en una experiencia memorable, imbuida de historia y sabor.