OTEANDO

Eligieron la grandeza

El 22 de julio del año en curso escribí un artículo titulado “La herida de la posibilidad”. Tomé prestada la expresión a Kierkegaard para ilustrar la idea del anhelo que sentían las militancias del Partido de la Liberación Dominicana y de la Fuerza del Pueblo de una brecha facilitadora de que ambas fuerzas pactaran un acuerdo político que los hiciera renovar las esperanzas de reconquistar el poder político en la República Dominicana. Por el enfoque que le di a dicho artículo, muchos juzgaron un atrevimiento la crudeza con que planteé la actitud de negación percibida por esa militancia en las élites de ambas fuerzas políticas respecto de un posible acercamiento de tal naturaleza.

En la ocasión escribí: “Hay toda una legión de hombres y mujeres cocinándose en la pira de la tozudez de esa élite de ambos partidos que no les va a perdonar que la mantengan fuera del poder. Y los grandes hombres no permiten que el ego afecte su buen juicio. No deberían ser esclavos de las cicatrices del desencuentro. Más bien deberían hacer como decía Kierkegaard: “Hay que mantener abierta la herida de la posibilidad”, y ustedes son la condición de esa posibilidad. Pueden intentarlo”.

A casi un mes de haber escrito el indicado artículo, el día 21 de agosto del año en curso, se anunció la llamada “Alianza Opositora Rescate RD” pactada entre los partidos PLD, FP y PRD. El acontecimiento en cuestión muestra no solo que no estuve tan equivocado en mi percepción ni en mis sugerencias a las élites partidarias de la FP y del PLD, sino algo más trascendente aun: que los dos grandes líderes del PLD y la FP hicieron la adecuada dialéctica y decidieron poner sus respectivos egos por debajo de los intereses partidarios de ambos colectivos que se resumen en la aspiración de la reconquista del poder político.

Desde mi modesta perspectiva, comoquiera que Danilo y Leonel no han llegado a los niveles de reconciliación personal deseados por sus seguidores, ambos decidieron adoptar una actitud que les asigna grandeza política: se echaron a un lado para que cuajara un reencuentro que no necesariamente implica el retorno de la FP hacia el PLD, pero que sí podría ser productivo en términos electorales, dependiendo de cómo sea manejado en los días que restan hasta mayo de 2024. Por eso, hay que admitir que ambos líderes no solo hicieron la dialéctica correcta, sino que evitaron consagrarse como enanos y, en cambio, eligieron la grandeza. Enhorabuena.

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