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Leonel botó el gancho que le lanzó Abinader

En lugar de invitar a todos los regidores, alcaldes, legisladores, dirigentes de la oposición comprados por el gobierno en los últimos dos años para formar consenso y afrontar el vendaval que viene sobre el país, Luis Abinader tiró un ‘gancho’ a Leonel Fernández (Fuerza del Pueblo) y Abel Martínez (PLD) para ver si lo ayudan a cargar con el descrédito que van a provocar sus próximas ejecutorias.

Es necesario tener mucho valor para pasarse años socavando las bases de la oposición, sonsacándoles a dirigentes en un festival de compra y venta interminable hasta las elecciones, para luego de los comicios, viciados por la compra descarada del voto y el soborno claro a ‘periodistas’ y opinadores, que obraron como actores de primer plano de la reelección, presentarse con su propia cara a pedir consenso.

¡Aquí no ha pasado nada! ¡Se impone la defensa del país! ¿Anjá?

¿Te pasas cuatro años encarcelando a dirigentes ‘corruptos’ del PLD sin tocar a los del PRM porque son propios, les compras sus funcionarios electos y sus dirigentes, conviertes las elecciones en una subasta de votos y luego los llamas a parlamentar para encarar los problemas cruciales del país?

Les sustraes en marzo a legisladores y hasta alcaldes electos en febrero a la Fuerza del Pueblo, saturas los supermercados con compras prepagadas de 2,000 pesos para infelices que 24 horas antes de votar retiraban la mercancía en los negocios y las cajeras destruían de inmediato los recibos para borrar la evidencia.

Y después de esas tropelías, muy cándido él, Abinader llama a Leonel y a Abel a reunirse para buscar consenso para echar el país adelante.

Primero quería una cumbre Abinader-Abel-Leonel. Una especie de plebiscito post electoral.

Abinader quería enviar un mensaje al pueblo, que traducido del latín paladino se podría leer así: “Después que les quitamos a sus dirigentes, rentamos a los opinadores y hasta a periódicos y noticieros de televisión completos, ¡ahora vamos a sumarnos a los candidatos presidenciales que nos desafiaron!

La jugada, si saliera perfecta, sería una capicúa política.

La conclusión sería que para un régimen perpetuarse solo tiene que sonsacar opositores cuatro años, comprar el voto de los ciudadanos indigentes en las elecciones, llenarles los bolsillos de dinero a algunos directores de diarios y de noticieros de televisión y tras la ‘derrota aplastante’, también maniatar a los candidatos presidenciales opositores.

Abel y Leonel responden

Un tipo listo llamado Abel Martínez adquirió la candidatura presidencial del PLD en octubre pasado, la cúpula peledeísta participó de la maniobra o la encubrió y como yo anticipé, “el país tocó fondo”.

Es tan ‘amateur’ el pobre Abel, que sin ser líder del PLD y mirando que Abinader ha perseguido con saña a los hermanos de Danilo Medina y a sus principales funcionarios y allegados políticos, se lanza ‘a lo Jacobo’, a tratar de recuperar sus pérdidas monetarias de campaña, aceptando una reunión en la Casa Nacional del PLD para ‘reconfirmar’ la victoria de la reelección.

Por eso reconoció el triunfo de la reelección 20 minutos después del primer boletín de la Junta Central Electoral con los cómputos de menos del 20% de los votos emitidos y se reunió ‘en privado’ con Abinader en su residencia y nadie sabe de qué se habló ahí.

Menos mal que la agredida Casa Nacional del PLD, donde inicialmente se anunció que sería la reunión Abinader-Abel, fue cerrada para ese conciliábulo.

¡Uuuiiiii, qué político con tan corta visión!

Leonel tuvo gripe

En el caso de Leonel, una gripe oportuna y con algo de experiencia, lo salvó de engancharse en el carrusel del aplastante triunfo reeleccionista, puesto que ‘barajó’ la reunión con Abinader.

Para mejor señal, el lunes pasado la dirigencia de la Fuerza del Pueblo decidió posponer sin fecha la reunión entre Leonel y Abinader, una explicación diplomática para estrellarle la puerta en la cara y descartar que el principal líder y el mayor partido de la oposición, caigan en el gancho de acompañar al gobierno en estos cuatro años.

¿Pero cuál es el gancho?

Abinader y su PRM quieren, en lo inmediato una reforma constitucional para volver a los términos de 1966: que la reelección no se impida nunca.

Pero como tienen el país endeudado hasta el tope, necesitan urgentemente un aumento de los impuestos, lo que inicialmente encontrará el repudio de amplios sectores que serán perjudicados y luego de aprobarla (con su mayoría mecánica en el Congreso), viene la rebelión popular contra sus efectos demoledores sobre la calidad de vida del pueblo trabajador y la clase media.

El gobierno busca a la oposición para que le sirva de muleta para sortear la tempestad o se embarre de la sangre de su represión al pueblo.

No, presidente Abinader, usted no necesita a la oposición para aumentar los impuestos, para conjurar a fuego y sangre a quienes se opongan a eso y mucho menos para hacer frente a la avalancha que vendrá de Haití cuando suene el primer disparo contra los grupos armados que resistirán la invasión ¡en toda la Isla de Santo Domingo!

¡Eche para adelante, rey, ponga en la frontera a todos los precandidatos presidenciales del PRM para que formen la primera línea de contención y tire su aumento de impuestos!

Si el PLD-Abel y la Fuerza del Pueblo-Leonel caen en la trampa de darles oxígeno a Abinader y su gobierno en esta etapa, que se preparen porque cargarán con las consecuencias del descalabro nacional que puede venir sobre el país.

Con el polvorín en Haití, el aumento de impuestos aquí y la carestía de la vida, Abinader y sus compañeros tienen que prepararse para sortear protestas más masivas que las que acabaron con el gobierno de Salvador Jorge Blanco y mandaron a su partido 14 años a la oposición. ¡Dios nos ampare!