PUNTO DE MIRA

El PLD en el pasillo de la muerte

Como si fuera inevitable el PLD camina hacia su desaparición, una meta trazada tras impedir el flujo natural de su proceso interno.

Es la misma historia del PRD cuyo proceso inició con el gobierno de Salvador Jorge Blanco y el mal manejo de sus contradicciones.

Lo que vive el PLD pudo acelerarse en el 2012 si Leonel Fernández hubiera cerrado el paso a Danilo Medina. Tenía todo el poder, pero la prudencia pudo más y eludió antagonizar la contradicción.

Advertí con tiempo que la lucha interna en los partidos depende mucho de su manejo y que Danilo actuaba directo a la pérdida del poder, la división del PLD y la persecución judicial contra los miembros de ese partido.

Pero Danilo estaba ebrio de poder y el rencor del César lo cegó, dejó que las emociones tomaran el lugar de la política y ahora actúa igual por no entender que debe ceder el paso a nuevos liderazgos.

Aún a sabiendas que es difícil que el PLD recupere su preminencia hay que dejar el fluir de la lucha interna entre nuevos aspirantes. Las contradicciones son una ley inexorable pero su manejo distingue al verdadero líder.

Quizá emocione a Danilo volver a las lides, que le haga ilusión que una  reforma constitucional levante su impedimento y recobre su posibilidad de competir, pero obrar así es cegarse a la realidad. Él es un producto político que el mercado desechó, sus seguidores van disminuyendo y se achica su participación en el mercado. Lo lógico  es que la empresa PLD lance otro producto que revitalice los lauros.

Hay muchos ejemplos de lo que pasa cuando alguien se pone en medio de la vía. Recordemos a Perico.

Desde hace mucho se dijo que Danilo, asociado con Hipólito, negoció su rehabilitación y el manejo del PLD. En el proceso electoral dio muestras de que además de ciego estaba sordo. El líder de los morados hablaba de la votación a favor de Leonel y que quien terminara en tercer lugar desaparecería mientras saboteaba el acuerdo opositor contra una reelección que derrochaba como un “oro boto kilo” los recursos del Estado.

Los danilistas lanzaron la especie de que la unidad con la FP haría desaparecer al PLD ocultando que después que el PRSC apoyara a Leonel los balagueristas sacaron más votos que Danilo para presidente y ganó Hipólito Mejía. Así las cosas, el agente provocador de las disensiones, Fernández Mirabal, hizo fracasar el pacto y Carolina ganó fácilmente contra Domingo Contreras que tuvo mucho tiempo en la gatera. La Alianza M&M (Medina y Mejía) tuvo éxito.

No se sabe los alcances del llamado Pacto de la Funeraria suscrito en silencio de sepulcro por danilistas y perremeístas, pero parece que alienta a Danilo a jugar con el control del PLD. Medina es un maestro de la política y se niega a dejar pasar a nuevas generaciones. Los que trabajaron para él comprobaron que él no cede espacio y hace cualquier truchimanería para mantenerse en el control del partido. Su treta de la supuesta renuncia a la presidencia ya la conocen y acicatea la oposición interna.

La ambición de Danilo podrá provocar renuncias y divisiones, pero es muy difícil que cambie su ruta porque está ciego y sordo. Desde hace muchos años se casó con la sentencia que dice que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

La tozudes del danilismo de represar el flujo interno lleva al PLD por el pasillo de la muerte.