¿Se acabaron los nombramientos?

A veces los presidentes son con sus funcionarios como las personas enamoradas, que por más que les expliques o muestres que su amado tiene un mal comportamiento y no le conviene, ellos no se separan y siguen con esa persona.

El presidente Abinader parece estar viviendo la etapa del enamoramiento con algunos funcionarios que, a pesar de los ejemplos de la ineficiencia de ellos siguen estando en el gobierno. Por citar dos, qué necesidad tiene el mandatario de tener a Rafael Santos en la OPRET, una persona que además de no gestionar mantenimiento para las estructuras del Metro de Santo Domingo y el Teleférico, canceló a los técnicos para poner personas inexpertas y suplir una cuota partidaria. Qué necesidad tiene de tener a Deligne Ascención, que ha dejado caer el mantenimiento que daba el gobierno del PLD en las vías y tiene abandonados los principales elevados del Gran Santo Domingo, por citar dos cosas simples.

No tiene ninguna necesidad, en especial porque son sus últimos cuatro años de gobierno y debería enfocarse en dejarnos instituciones fuertes y eficientes, con funcionarios comprometidos con un servicio de excelencia.