Desde mi pluma
El desafío de reorganizar
Existe una línea muy delgada entre reorganizar y desatar el caos, una premisa que debe tener muy en cuenta el Gobierno al momento de colocar sobre la mesa la fusión y eliminación de algunas instituciones públicas.
Durante “La Semanal”, además de presentar la reforma del gasto público, el presidente Luis Abinader anunció que presentarán en los próximos días algunos cambios a nivel institucional. Desde ya hay muchas conjeturas al respecto, se rumorea la posibilidad de extinguir varias dependencias y de unir ministerios como el de Educación y Educación Superior, Ciencia y Tecnología para eficientizar tareas y para racionalizar de manera más inteligente el presupuesto nacional.
Me resulta sumamente interesante e importante que el Gobierno estudie y profundice este tema, que se tome su tiempo para evaluar las instituciones, su nómina, sus funciones, sus resultados a lo largo de los años, el uso de los fondos que ha recibido y que logre discernir si “vale la pena” o no mantenerlas. Igualmente, hay que tomar en consideración que algunas instituciones ya resultan inoperantes y quizá sea aún más invisible si se coloca bajo la sombrilla de otra.
Ojalá aseguren que las próximas medidas preserven el orden y los proyectos en curso, que consideren el impacto social, el impacto para los empleados públicos.. Ojalá pudiesen ser escuchadas también las opiniones de la gente, fuera del tren gubernamental, quienes también observan día a día el trabajo de los ministerios y dependencias y tienen posturas definidas al respecto.
Además, es vital que cualquier cambio estructural venga acompañado de una estrategia de comunicación clara. La ciudadanía debe estar informada sobre los motivos y beneficios de estos cambios a través del propio Gobierno, no por redes sociales o por rumores, para evitar malentendidos y resistencias innecesarias.