Abinader, ONU y Haití

Aunque aprobada de manera unánime, la reciente resolución del Consejo de Seguridad (CS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) extendiendo por un año la Misión Multinacional de Apoyo de Seguridad (MSS) en Haití, resulta insuficiente para resolver la crisis que enfrenta ese país.

Si bien resulta positivo que esta vez se haya logrado un consenso unánime, la resolución 2751 no introduce cambios significativos ni en su mandato ni en su estructura, por lo que la mera extensión, sin un aumento sustancial en los recursos y en la capacidad de intervención, puede ser vista más como un gesto simbólico que como una solución real.

Durante una bien valorada participación en la 79 Asamblea de la ONU, el presidente dominicano Luis Abinader fue reiterativo en solicitar más involucramiento de la comunidad internacional para enfrentar la situación haitiana, que pese al despliegue en julio de una misión policial liderada por Kenia, sigue bajo el control de pandillas y según su primer ministro, Gary Conille, están muy lejos de vencer.

La poca efectividad de la tropa pacificadora (400 agentes kenianos de los 2.500 efectivos prometidos por varios países) es el resultado de la falta de respaldo al fondo fiduciario creado para ese fin lo que pone en evidencia la brecha entre las promesas diplomáticas y la acción práctica.

La resolución del CS es un paso de apoyo pero la misma no se basta para generar un cambio visible porque sin una mayor inversión de recursos el drama haitiano seguirá profundizándose y las consecuencias —en términos de migración, económicos, de seguridad y estabilidad regional— se agravarán, ejerciendo aún más presión sobre República Dominicana.