En la diana
Falsa paridad de interés
Primer Tiro
El planteamiento de que la diferencia entre la tasa de fondos federales de la FED (banco central de los Estados Unidos) y la Tasa de Política Monetaria (TPM) del Banco Central Dominicano es una métrica de la holgura disponible para continuar el proceso de reducción de la tasa interés doméstica supone implícitamente que todo movimiento de la TPM se traspasa total y rápidamente a las tasas de interés activas y pasivas, y a los rendimientos de los títulos de deuda, tal y como sucede en los mercados norteamericanos, en donde desde el 2008 y hasta la actualidad, casi la totalidad de los cambios en la tasa de fondos de la FED se trasladan a la tasa de rendimiento de la nota del tesoro a un año, y también a la tasa de depósitos del mercado monetario. Si una reducción de la TPM no se traduce en una reducción similar en las tasas pasivas, la diferencia entre esta y la tasa de la FED no es un indicador consistente del diferencial de paridad de interés.
Segundo Tiro
Los bancos centrales fijan una tasa para pagar por depósitos y otra para cobrar por préstamos a las entidades financieras, y si todas manejaran sus faltantes y sobrantes de liquidez a través del Banco Central, entonces la tasa de interés a la cual los bancos se prestarían entre sí, siempre estaría entre las dos tasas anteriores. Pero gran parte de los bancos con faltantes de un día no acuden o no pueden acudir al financiamiento del Banco Central. Los sobrantes/faltantes son resultados de las decisiones de colocar préstamos y obtener y depósitos, y por estos últimos los bancos tienen que pagarles a sus depositantes una tasa mayor que la que el banco central les cobraría por financiar sus faltantes diarios de liquidez. Un sobrante de liquidez es financiado a un costo igual a la tasa pasiva promedio, y si el mismo va a ser prestado a otra entidad que tiene un faltante, la tasa de interés de dicho préstamo sería igual a dicho costo, más una prima por riesgo, suma que siempre será igual a la tasa de interés interbancaria, la cual normalmente estaría por encima de la tasa de préstamos del Banco Central.
Tercer Tiro
Si el Banco Central reduce su TPM, pero la percepción de riesgo fiscal y cambiario de los depositantes e inversionistas aumenta en la misma magnitud, entonces la tasa pasiva no se reduciría. Desde agosto hasta hoy la TPM se ha reducido en 75 puntos básicos, pero la tasa de interés pasiva promedio ponderado, en vez de disminuir en la misma o mayor magnitud, ha aumentado desde 10.06%, hasta el 10.33%, un efecto contrario al esperado de 102 puntos básicos, lo cual significa que el aumento de la prima de riesgo fue mucho mayor que la citada reducción de la TPM. En estas condiciones, en las que los movimientos de la TPM no se traspasan a las tasas activas y pasivas, una reducción de la misma no puede usarse como variable explicativa de un posible crecimiento futuro de la economía, y más aún, la diferencia entre esta y las tasas de la FED no puede ni se debe utilizar como un indicador paridades de tasa, pues la misma es una falsa paridad de interés.