ENFOQUE
De la municipalidad a la presidencia
Un trampolín político hacia la presidencia.
En América Latina, la política municipal ha sido históricamente una plataforma clave para catapultar a líderes locales hacia la presidencia de sus países. Gobernar una ciudad, en particular una capital, ofrece una visibilidad nacional, la oportunidad de demostrar capacidad de gestión y la posibilidad de construir una base de apoyo sólida.
Algunos de los mandatarios más influyentes de la región comenzaron sus trayectorias políticas como alcaldes, enfrentando retos urbanos antes de dirigir el destino de sus naciones.
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Alvaro Alzú, José Manuel López Obrador, Gustavo Petro y Nayib Bukele.
El caso de Álvaro Arzú en Guatemala
Uno de los ejemplos más notables es el de Álvaro Arzú, quien fue alcalde de Ciudad de Guatemala en tres periodos distintos antes de convertirse en presidente del país en 1996.
Durante su segundo periodo tuve la enorme oportunidad de integrar su equipo de consultores externos. Su paso por la alcaldía le permitió consolidar su imagen como un líder eficiente, con un enfoque en modernización y desarrollo urbano.
Esta experiencia le sirvió como carta de presentación ante los votantes guatemaltecos, quienes lo eligieron como jefe de Estado. Durante su mandato presidencial (1996-2000), Arzú firmó los Acuerdos de Paz con la guerrilla, poniendo fin a más de tres décadas de conflicto armado en el país. Es recordado como uno de los mejores Presidentes que ha tenido Guatemala.
Andrés Manuel López Obrador: de la Ciudad de México a la presidencia
Otro caso emblemático es el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien gobernó la Ciudad de México entre 2000 y 2005. Su gestión al frente de la capital le permitió posicionarse como una figura política de peso en el escenario nacional, gracias a programas sociales innovadores y una fuerte conexión con los sectores populares. A pesar de perder en dos elecciones presidenciales (2006 y 2012), su persistencia y su base de apoyo consolidada lo llevaron a la victoria en 2018, convirtiéndose en el presidente de México con un amplio margen de votos.
Mauricio Macri: de Buenos Aires a la Casa Rosada
En Argentina, Mauricio Macri siguió un camino similar. Antes de convertirse en presidente en 2015, Macri fue jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (2007-2015). Su administración en la capital argentina se centró en modernizar la infraestructura urbana, mejorar el transporte público y promover un modelo de gestión eficiente.
Estas credenciales le permitieron proyectarse como un líder con capacidad de gobierno, lo que lo ayudó a ganar las elecciones presidenciales y romper con más de una década de gobiernos kirchneristas.
Otros líderes que siguieron el mismo camino
El patrón de líderes que han pasado de la alcaldía a la presidencia se repite en varios países de la región. En El Salvador, Nayib Bukele fue alcalde de Nuevo Cuscatlán y luego de San Salvador antes de llegar a la presidencia en 2019 con un discurso renovador y una fuerte presencia en redes sociales.
En Colombia, Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá (2012-2015), logró consolidar su liderazgo y, tras varios intentos, llegó a la presidencia en 2022.
¿Por qué la alcaldía es un trampolín político?
Gobernar una ciudad —especialmente una capital— proporciona a los políticos varias ventajas estratégicas:
1. Visibilidad nacional: La cobertura mediática sobre sus gestiones les permite proyectarse ante todo el país.
2. Experiencia administrativa: Manejar el presupuesto y resolver problemas urbanos es una prueba de fuego para demostrar capacidad de gestión.
3. Base de apoyo sólida: Una gestión exitosa en la alcaldía genera respaldo popular y credibilidad política.
4. Conexión con la ciudadanía: La cercanía con los votantes urbanos fortalece su imagen como líderes accesibles y comprometidos.
El ascenso de exalcaldes a la presidencia es un fenómeno recurrente en América Latina, reflejando la importancia de la política municipal como escuela de liderazgo. Desde Álvaro Arzú hasta Nayib Bukele, los casos muestran que la capacidad de gobernar una ciudad con éxito puede ser un ensayo para dirigir una nación. Sin embargo, el reto de estos líderes no termina con la llegada al poder: la transición de una administración local a la nacional implica desafíos mucho mayores, en los que la experiencia municipal es solo un primer paso.