Tendencias en la comunicación social

La comunicación social es una disciplina que analiza y gestiona los procesos comunicativos en distintos ámbitos, incluyendo la sociedad en su conjunto, las organizaciones, los medios de comunicación y las comunidades, donde se intercambian ideas, conocimientos, experiencias, mensajes y conceptos.

Sus principales áreas de especialización abarcan el periodismo, las relaciones públicas, la publicidad y el marketing, el diseño gráfico, la comunicación audiovisual y las comunicaciones integradas de marketing.

Hoy la enseñanza de la comunicación social enfrenta un proceso de transformación que responde a los desafíos de la sociedad actual entrando hacia un nuevo paradigma educativo. Las tendencias curriculares emergentes buscan desarrollar competencias que permitan a los futuros comunicadores desempeñarse en entornos cada vez más dinámicos y digitalizados. Entre estas tendencias, destacan la descolonización del currículo, la flexibilidad curricular y el enfoque por competencias, que reconfiguran el papel de docentes y estudiantes en el proceso de aprendizaje.

Por lo tanto, la descolonización del currículo impulsa la inclusión de perspectivas históricamente marginadas, promoviendo una enseñanza más diversa e integradora. Paralelamente, la flexibilidad curricular permite modalidades de aprendizaje adaptativas, garantizando que cada estudiante pueda personalizar su proceso formativo según sus necesidades y aspiraciones. Este enfoque se complementa con la tendencia curricular emancipatoria, que transforma al estudiante en un participante activo en la construcción de su conocimiento.

El impacto de la tecnología en la educación es innegable. El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no solo es un eje de conocimiento, sino que también se integra de forma transversal en los procesos educativos. Herramientas como la inteligencia artificial potencian la personalización del aprendizaje, mientras que la alfabetización digital se convierte en un componente esencial para garantizar el uso crítico y responsable de estas tecnologías.

Además, la investigación adquiere un rol protagónico como eje de conocimiento transdisciplinario, permitiendo que los estudiantes desarrollen habilidades analíticas y metodológicas esenciales para su desempeño profesional. La inclusión y diversidad también se consolidan como pilares fundamentales en los programas educativos, asegurando espacios de formación más equitativos y accesibles.

Mirando hacia el futuro, las pedagogías activas, la formación a lo largo de la vida y las microcredenciales serán clave en la evolución del currículo. Modelos de aprendizaje basados en la gamificación, el trabajo por proyectos y la educación experiencial permitirán que los estudiantes no solo adquieran conocimientos, sino que los apliquen en contextos reales. Asimismo, la certificación de competencias mediante microcredenciales facilitará la actualización constante de los profesionales en un mercado laboral en permanente cambio.

Por último, la educación no puede desvincularse de su responsabilidad social y ambiental. La educación para el desarrollo sostenible se consolida como una estrategia clave para formar ciudadanos comprometidos con la transformación positiva de su entorno.

En este escenario de cambio, la enseñanza de la comunicación social debe adaptarse a estos nuevos paradigmas, garantizando que los futuros comunicadores cuenten con las herramientas necesarias para liderar la conversación en un mundo cada vez más interconectado y digitalizado.

La autora es profesora titular y directora de la Escuela de Artes y Comunicación de la Universidad APEC

Tags relacionados