Pensando

Valor de la dignidad ciudadana

Cuando la dignidad habita en el ser humano, todo lo material que nos rodea es mejor valorado. Cuando se negocia la dignidad, los logros materiales no alcanzan el valor integral de la honestidad, solidaridad y respeto a los demás. A través del prisma que hoy nos imponen los antivalores, nos damos cuenta que esta nueva generación desviada fue inducida a creer que todo se compra y se vende en la sociedad; que el paradigma a seguir es el que hurta y despilfarra los recursos del Estado, el irreverente a la autoridad con sus influencias, el exhibicionista de lo mal habido y el impune dueño y señor de la justicia. Parecería que el hombre íntegro, patriota y respetuoso de la conducta humana es una especie en extinción, en un sistema sin consecuencias empujado por una nueva clase que solo cree en el bienestar trastocado. El respeto mutuo es la mayor y mejor inversión para conquistar la independencia moral que nos acredite como personas capaces de trabajar por un mejor futuro, forjado en la transparencia de las acciones que nos hacen dueños de nuestras decisiones, sin depender de las manipulaciones de los que quieran obstaculizar nuestro crecimiento ético y profesional. Con dignidad y transparencia, todo se logra para bien. En definitiva, la empresa política en República Dominicana tiene la particularidad de no exigir transparencia en sus operaciones y la fiscalización de los recursos goza de absoluta impunidad en la mala administración de justicia, afectando la valorización de la dignidad ciudadana, principio del respeto a la identidad nacional.  

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