VIVENCIAS
Tiempo para empezar una nueva vida
En estos cuarenta días de Cuaresma, previos a la Pascua, es un tiempo para hacer una pausa, reflexionar sobre nuestro propósito como cristianos y comprometernos con la construcción del reino de Dios en la tierra.
Durante esta preparación, debemos reconocer que el miedo a la soledad y a enfrentarnos a nosotros mismos limita nuestro crecimiento espiritual. Solo confiando en el amor de Dios, que nos ofrece perdón y entendimiento, podremos transformar nuestra vida cotidiana en una fuente de creatividad y propósito cristiano.
Nada se compara con un encuentro auténtico con Cristo, que ilumina el camino hacia la perfección espiritual. En tan solo cuarenta días, o en cualquier momento, Cristo nos muestra que nuestra alma es capaz de ser moldeada y sanar las angustias que nos invaden.
El himno cristológico de Filipenses 2,1-11 nos llena de un amor profundo que debemos compartir, ya que de él proviene el perdón para vivir la Cuaresma con penitencia. Este amor nos transforma, impulsándonos a dar lo mejor de nosotros mismos y a abrir el corazón a Jesús.
La Cuaresma es un tiempo ideal para reflexionar sobre lo que Cristo espera de nosotros, escuchar su voz y buscar el amor y la fraternidad en el Espíritu. Invita a alejarnos de las trampas y vanidades humanas, a vivir con humildad y a ofrecer nuestra vida como un regalo a Dios.
Es siempre el momento adecuado para empezar una nueva vida. La Cuaresma nos enseña que, al unirnos fraternalmente y compartir los sentimientos de Cristo, podemos rehacer nuestras vidas y vivir de acuerdo con su amor. No desaprovechemos esta oportunidad.