Arrecia ofensiva anti-inmigrante

La política del presidente Abinader contra los inmigrantes de origen haitiano entró en una nueva fase. Cuando creíamos que la sentencia 168-13, que él mismo cuestionó en la UASD en 2014, superaba toda abominación de Estado precedente, nadie pensó que un nuevo capítulo de extremismo tomaría lugar en el país.

El fundamentalismo xenófobo, hoy respaldado por funcionarios y legisladores que otrora creíamos modernistas y liberales, está llegando a niveles insospechados de arcaísmo político y social, con sistemáticas violaciones a los derechos humanos.

Desde las ciencias sociales advertimos la aceleración del paramilitarismo de extrema derecha dentro de la sociedad dominicana, el cual no solo traerá más odio contra la pacífica y laboriosa comunidad inmigrante en nuestro país, sino que afectará sensiblemente el grado de violencia entre los propios dominicanos. El país va así muy mal, y el discurso y política militarista son las responsables.