reportaje especial
Terapia de pareja, “la tercera persona” que puede salvar tu relación
La terapia de pareja no es de “uno contra el otro”, sino en beneficio de los dos protagonistas del vínculo
Llega San Valentín y algunas parejas afrontan esta celebración sin entusiasmo ni emoción o incluso con incomodidad, al sentir que ya no están enamorados como antes. En estos casos la psicoterapia de pareja puede ser un “salvavidas sentimental”.
La llegada de “un tercero” que atraiga a uno de los integrantes de la relación, incluso sin llegar a la infidelidad, puede ser una dura prueba, pero hay otra “tercera persona” que no es un rival amoroso y a la que se puede acudir para arreglar una relación en crisis: un psicólogo especializado en terapia de pareja.
La terapia de pareja no es de “uno contra el otro”, sino en beneficio de los dos protagonistas del vínculo. Para obtener resultados es importante que ambos miembros de la relación estén de acuerdo en acudir a un terapeuta y se comprometan a participar en el proceso, explica la psicóloga Pilar Conde.
Una clave para evitar el deterioro del nexo sentimental, que se suele proponer a la pareja en las sesiones de terapia, consiste en que reserven a lo largo de la semana, espacios de tiempo para dedicarlos a realizar actividades agradables y enriquecedoras, tanto estando juntos, como de manera individual, señala Conde.
¿Llega el 14 de febrero y su celebración se limita a un intercambio rutinario y formal de regalos? ¿Ese día, que alguna vez fue muy esperado y especial, ahora solo lo celebra con una salida a cenar fuera sin demasiado entusiasmo ni convicción?
Una relación de pareja sufre altibajos, pasa por distintas etapas y a veces puede verse socavada por diversos motivos, desde la rutina, los celos, problemas de índole sexual o una comunicación deficiente hasta la recurrencia de los conflictos y la falta de herramientas para resolverlos. Por esa razón, uno o ambos integrantes, pueden sentir que el amor esta en declive.
En ocasiones, la aparición de una tercera persona, que “sobrevuele” la relación atrayendo e influenciando a uno de sus miembros y alejándolo de su pareja, puede hacer zozobrar la relación amorosa, incluso sin llegar a provocar una infidelidad, si esa situación no se maneja y resuelve satisfactoriamente.
Cuando un "tercero" es terapéutico.
Sin embargo, hay casos en que la intervención de “un tercero” puede ser la solución para una relación con problemas, si esa tercera persona, en lugar de ser un posible rival amoroso, es un psicólogo cualificado y especializado al que la pareja acude de común acuerdo para iniciar una psicoterapia.
“Una intervención psicológica que busque ayudar a la pareja puede marcar un antes y un después para la convivencia y ayudarle a mantener el control en una etapa de cambios”, señala la psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen.
Explica que los momentos de cambio, como una mudanza para compartir piso, un cambio de trabajo, el nacimiento de un bebé, la crianza de los hijos o las enfermedades de los padres, son muy importantes para el devenir de las relaciones y pueden requerir la intervención de “un tercero que les ayude a trenzar sus valores individuales y su concepción de la vida en común”.
“En esos momentos de dificultad, el terapeuta de pareja ejerce un acompañamiento imparcial, ayudando a que se tome conciencia de que ciertas prácticas instauradas necesitan modificarse para el bienestar de la pareja”, señala Conde.
Conde destaca, en este sentido, que para la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, este tipo de intervención psicológica “supuso un antes y un después” para la convivencia con su marido, Barack, y les ayudó a ambos mantener el control de la pareja en una etapa vertiginosa de cambios, que coincidió con la victoria presidencial y su llegada a la Casa Blanca.
Consultada por EFE sobre si este tipo de psicoterapia puede ayudar a reactivar un amor alicaído o adormecido, Conde responde afirmativamente, destacando que “precisamente uno de los objetivos de esta terapia es reconectar a la pareja”.
“Esta reconexión conduce a que afloren sentimientos que estuvieron presentes en etapas en las que relación iban bien, o a que ambos construyan una nueva manera de sentir, que sea lo suficientemente significativa para los dos, como para proseguir su vida en pareja”, explica.
La participación del terapeuta solo tiene lugar durante las sesiones, y después “los miembros de la pareja deben poner en práctica en su día a día lo que han aprendido en dichas sesiones, por lo que es fundamental que ambas partes se comprometan con la terapia”, según aclara Conde.
Para que la terapia ofrezca buenos resultados es importante que la pareja acuda con “una actitud de tándem, de cambio, de flexibilidad y de apertura, sin rivalidad ni buscando quien gana o quien pierde, sino entendiendo que se trabaja para el bienestar de ambos miembros”, enfatiza esta psicóloga.
Además de por los problemas debidos a los cambios de vida, las parejas suelen acudir a un terapeuta para solucionar situaciones de malestar relacionadas con la rutinas, la falta de comunicación, de confianza o de dedicación al otro, así como la dificultad en la resolución de conflictos, de acuerdo a esta psicóloga.
Para solucionar estos problemas, en las sesiones se trabajan aspectos como las habilidades y técnicas para comunicarse, expresarse de manera adecuada sin agresividad, planificar actividades agradables conjuntas, redistribuir las responsabilidades en el seno de la pareja, y volver a poner el foco los aspectos positivos del otro y reforzarlos, según explica.
También se trabajan herramientas psicoterapéuticas útiles para mejorar la resolución de conflictos, la convivencia, el reparto de roles, la expresión y recepción de afecto, la gestión de críticas, la vinculación afectiva y la gestión del ocio, puntualiza Conde.
Explica que en cada sesión, se empieza realizando una breve revisión de los acuerdos que se establecieron en el anterior encuentro terapéutico, y a continuación se continúa trabajando con las herramientas encaminadas a alcanzar los objetivos finales establecidos por la propia pareja.
Cuidar la relación y actuar a tiempo.
Pilar Conde enumera a continuación algunas recomendaciones para revitalizar nuestra relación y evitar que se deteriore el compromiso sentimental mutuo, que suelen exponerse en la terapia de pareja y que podemos aplicar en nuestra vida diaria.
Primero. Dedica tiempo, no solo en los fines de semana sino también entre semana, para realizar actividades agradables en pareja.
Segundo. Reserva también un tiempo semanal para dedicarlo a actividades de manera individual y con tu entorno social.
Tercero. Expresa verbalmente a tu pareja valoraciones positivas sobre su físico, acciones, cualidades y otros aspectos personales.
Cuarto. Efectúa una escucha activa, mostrando interés genuino y prestando atención, cuando tu pareja te esté contando algo.
Quinto. Ante una situación conflictiva, escucha al otro antes de ponerte a la defensiva y sacar conclusiones precipitadas,
Y por último. En una discusión o discrepancia es necesario que ambas partes puedan expresar su punto de vista y llegar a un acuerdo.
Y ¿cómo puede saber una pareja que ha llegado el momento de acudir a un terapia psicológica conjunta?
Para Conde ese momento llega “cuando sienten que no consiguen salir de la situación conflictiva, cuando sienten que cada día están más alejados, cuando empiezan a aparecer pensamientos de querer dejar la relación, cuando empiezan a ver más aspectos negativos que positivos de la pareja, cuando se muestran críticos con la otra parte, cuando hay transgresiones de respeto”.
Señala que algunas parejas llegan a la consulta en una situación “vamos a terapia o nos divorciamos”, pero antes de llegar allí, hay muchas señales que le indican que necesita fortalecerse.
“Cuanto antes le pongan solución al problema, menos deteriorada estará la relación y menos desgastadas emocionalmente y desmotivadas estarán ambas partes, con lo que las herramientas terapéuticas serán más efectivas”, concluye Conde.
Rocío Gaia.