IMPORTANCIA DEL CAPITAL CULTURAL EN LA FORMACIÓN

La crianza de los hijos es responsabilidad de los progenitores, sin embargo, dentro de la formación de los pequeños se involucran diferentes entornos los cuales influyen de manera positiva o negativa en la educación que estén haciendo los padres.

A este conglomerado se le puede llamar “capital cultural”, que se entiende como el conjunto de habilidades, conocimientos, normas y valores que pueden ser utilizados para avanzar en la educación y en la vida en general.

El sociólogo marxista Pierre Bourdieu, teórico más asociado con el desarrollo del concepto de capital cultural y su aplicación a la educación, argumentó que cada clase tiene su propio marco cultural o conjunto de normas, valores e ideas, a lo que él llama habitus. Este habitus contiene un conjunto de suposiciones sobre lo que se considera buen o mal gusto, lo que influye en el tipo de actividades de ocio en las que participan las diferentes clases, los lugares que visitan, adónde van de vacaciones, el tipo de programas de televisión que probablemente vean, qué tipos de libros son propensos a leer y el tipo de música que probablemente escuchen.

Atendiendo a esta teoría, es importante destacar entonces que el capital cultural no se limita solo a la educación formal, sino que también incluye conocimientos y experiencias adquiridos a través de la exposición a la cultura: el arte, la música, la literatura, las tradiciones y las prácticas sociales. Además, este concepto puede manifestarse en la forma en que las personas se comportan, se visten, se comunican y participan en actividades sociales y culturales.

En el contexto de la crianza de los niños, el «capital cultural» se refiere a las habilidades y conocimientos que los niños adquieren en sus hogares y entornos sociales, y que luego pueden utilizar para su ventaja en situaciones como entrevistas de trabajo.

Pasos para la acción

Fomentar el capital cultural de los hijos implica que los padres proporcionen oportunidades para adquirir conocimientos, habilidades y experiencias que serán valiosas en su desarrollo personal y profesional.

Aquí hay algunas acciones que se pueden llevar a cabo para fomentar el capital cultural de sus hijos:

• Fomentar la lectura: Leer libros, revistas y periódicos fomenta el amor por la lectura y aumenta el vocabulario y la comprensión del mundo.

• Visitar museos y galerías de arte: Exponer a los niños al arte y la cultura cultivará su aprecio por la creatividad y la expresión artística.

• Participar en actividades extracurriculares: Involucrarlos en actividades como música, danza, teatro o deportes les brinda habilidades adicionales y experiencias sociales.

• Viajar: Las experiencias de viaje, ya sea dentro del país o internacionalmente, exponen a los niños a diferentes culturas, idiomas y formas de vida.

• Aprender un segundo idioma: Dominar un segundo idioma puede abrir muchas puertas en el mundo laboral y social.

• Fomentar la curiosidad: Animar a los niños a hacer preguntas y explorar diferentes temas fomenta su interés por el aprendizaje continuo.

• Promover habilidades sociales: Enseñar a los niños habilidades de comunicación, empatía y respeto por los demás mejora su capacidad para interactuar eficazmente en diferentes entornos sociales.

• Apoyar la educación formal: Participar activamente en la educación de los hijos, asistir a reuniones escolares y brindar apoyo en las tareas escolares puede mejorar su rendimiento académico.

• Exponerlos a diversas experiencias gastronómicas: Probar diferentes tipos de alimentos y cocinas puede expandir sus horizontes y hacerlos apreciar la diversidad cultural.

• Fomentar la autoexpresión: Apoyar actividades creativas como la escritura, la pintura, la música o la actuación permite a los niños expresarse y desarrollar sus talentos.

• Modelar el comportamiento: Los padres pueden servir como modelos a seguir al mostrar un interés activo en el aprendizaje continuo y la participación en actividades culturales.

• Incentivar la responsabilidad social: Participar en actividades voluntarias y ayudar a los demás puede cultivar la empatía y la comprensión de las necesidades ajenas.