La fuerza de un carisma engendra nuevas expresiones carismáticas

Una noche de improviso y asustado se acercó, tocando a la puerta de la oficina de un salesiano, un jovencito, de doce o trece años, su único ajuar contenido en una funda que llevaba en sus manos; este buscaba un “lugar seguro”. Según su expresión y aspecto, su familia ya no lo era. El niño le preguntó sin titubeos: ¿es usted Don Bosco? El salesiano, sorprendido y retado por tal cuestionamiento, y con la espontaneidad y la máxima claridad, le respondió sin vacilación e inspirado por el celo de un carisma: “sí, yo soy Don Bosco”.

El niño entró a la oficina del salesiano, quien le preguntó: ¿Qué haces a estas horas de la noche en la calle? El infante, con una desenvoltura descomunal, le dijo: “he oído hablar en la radio y la televisión de ‘Canillitas con Don Bosco’ y necesito que me permitas dormir esta noche en tu casa”.

La solicitud, del menor, llenó de sentimientos encontrados, envueltos en un mar de preguntas a aquel educador porque no podía llevarlo a la comunidad religiosa; sin embargo, debía atender la petición del menor, porque su sensibilidad salesiana no le permitía mandarlo a la calle. Fue entonces que se le ocurrió llamar a un joven Salesiano Cooperador, animador muy comprometido con el Centro Juvenil y a su familia. Le presentó el caso y la familia asintió a su petición, concediéndole acogida a aquella alma en pena, quien se convertiría en la chispa generadora de una institución que acogería a tantos niños que la sociedad y la familia, misma, ha dejado al borde del camino.

Los niveles de ansiedad y preocupación de aquel salesiano, más o menos, volvieron a sus niveles normales. Pero, la realidad del adolescente le hizo pensar en tantos muchachos que estaban viviendo la misma situación. Canillitas con Don Bosco, apenas estaba comenzando, y debía ampliar la propuesta para atender a los más importantes de la sociedad y de la familia, los niños.

Los protagonistas de este hecho histórico e inspirador son: el P. Juan Linares, salesiano, el niño Joselito y el Salesiano Cooperador, Rafelo Martínez.

Un niño tocando a la puerta de un hombre lleno de sensibilidad humana y del carisma salesiano, y de una familia humilde, pero generosa y bondadosa iniciaron lo que hoy llamamos: Muchachos y Muchachas con Don Bosco (MDB).

El toque de un niño, a la puerta de un Don Bosco dominicano, ha movilizado el corazón, la mente y el alma de muchas personas, instituciones, gobiernos y ONG, quienes se han convertido en la mano providente de Dios, actuando a favor de sus predilectos: los niños.

En este año 2025, MDB está celebrando sus 40 años de existencia, extendiéndose por toda la geografía nacional, en doce centros locales que aún hoy continúan atendiendo el eco del “toque a la puerta” de realidades infantiles sumamente apremiante que no admite demora, sino decisión.

Agradecemos y felicitamos a quienes han sido soporte afectivo y efectivo con esta magnífica obra carismática salesiana, MDB.

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